Esta semana, más concretamente el lunes, tuve una conversación por chat con una joven amiga. Estuvimos hablando sobre el tema de ligar cuando uno sale por ahí. Ella, con sus 20 envidiables añitos, me dijo que no sabe ligar, y que aunque supiera tampoco lo haría, porque le da la sensación de que si lo hace le van a mirar como si fuera una buscona. ¡Pero por el amor de Dios! Que esto me lo diga una mujer de más de 50 años lo entendería mínimamente, pero que me lo diga una guapa chica de nueva hornada me parece escandaloso. Luego recordé que anteriormente esto mismo me lo habían dicho amigas mías de más edad que la mencionada (hablamos de chicas entre los 25 y los 35 años), y vino a mi memoria la charla en las que yo les di mi punto de vista. Este mismo punto se lo transmití a la veinteañera el lunes, y ahora os lo transmito a vosotras:
Chicas, jóvenes (o "jóvenas", como dijo en su día la inculta diputada Carmen Romero... menuda imbécil...) y adultas, ¿cuántas veces habéis estado en un local tomando una copa y le habéis dicho a la amiga de turno algo así como "...mira ese chico... que mono!!..."? Seguro que más de una vez, y más de 30. Yo me he visto también en esa situación, y es cuando yo le he dicho a mi amiga "... pues ve, y dile algo". ¿Respuesta de mi amiga? "... ¡Uy, no! ¡Qué vergüenza! Además pensará que soy una buscona..."
Según el caso, la palabra "buscona" la han sustituido por "facilona", o "guarrilla", o algún sinónimo del estilo.
Entonces ¿qué hace mi amiga? Empieza ese jueguecito de miradas que no llevan a ningún lado y acaba la noche sin que ella haya logrado conocer al objetivo fijado.
Y ahora viene el consejo de Patronio: si volvéis a vivir algo así, haced lo que les he recomendado a mis amigas. Le echáis un par de pelotas a la situación y vais a por él, a intentar entablar algo de conversación. Es evidente que si lo hacéis, el chico sabrá que estáis interesadas en él (lo que no significa que vaya a pasar nada). Si el chico os ofrece un buen recibimiento debemos quitarnos el sombrero (también al margen de que él esté, o no, interesado en vosotras). Pero en los tiempos que corren se agradece un trato amable y educado. Y si por el contrario veis que el chico os mira con esos ojos que escupen palabras como buscona, facilona o guarrilla... ya estáis dando media vuelta para comentar con vuestra amiga el grado de gilipollez del individuo.
Puede que os de palo encontraros con la segunda reacción que he comentado. Pero si os pasa eso tenéis que ver el lado bueno de la situación. ¿Y cuál es ese lado? Pues que habréis ahorrado un tiempo precioso de miraditas y jueguecitos absurdos durante toda la noche que lo único a lo que os hubiera llevado es a conocer a un imbécil retrógrado machista. Y señoritas, no estamos como para ir perdiendo el tiempo, ¿no? Así que ya sabéis: si hay que ir, se va.
Además... que si tanto mujer moderna, mujer independiente, mujer del S.XXI, mujer liberal, y tanta lucha de igualdades... Pero a la hora de la verdad, ¿quién tiene que ir? Siempre él. En fin chicas, cambiad eso, porque si no lo hacéis, vosotras mismas os estaréis convirtiendo en un ejemplo de machismo.
Y para acabar me gustaría comentar a título totalmente personal que me encantan las chicas que tienen el valor para entrarle a un tío. No sé si habrán más chicos que piensen como yo (espero que sí), pero ese atrevimiento, esa valentía, y ese descaro (siempre que sea con estilo), me parece de lo más atractivo en una mujer. Y tened por seguro, que aunque ella no me interese, no le negaré una sonrisa y un ratito de charla. Creo que se lo ha ganado. : )
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