EL POST.RE by Christian Gay

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Ante la polémica suscitada por el último post de mi Mire y la consiguiente réplica de Patronio, solo queda decir lo mío al respecto.  Voy a ser muy breve, claro clarinete y conciso.

Que si unas dicen que les gusta compartir el postre, que los otros dicen que cada uno se pida el suyo…  ¿Y qué digo yo? Pues que..

Me da igual compartir el postre (soy muy desprendido, cuquis!).

Me da igual no compartirlo. (Si me sale la vena gula no comparto ni el aire que respiro!)
Me da igual si se come más de la mitad del postre que yo he pedido. (El muy gordo!)
Me dan igual las calorías (luego ya haré lo posible por quemarlas!)
Me da igual lo caro que sean los postres en los restaurantes (ahora me sale la vena catalana!)
Me dan igual las elecciones europeas (eso no viene a cuento, pero ahí queda)

En resumen, que ni postres ni mandangas, el  mejor postre que se va a comer mi acompañante de turno después de una suculenta cena no se puede compartir, porque cuquis EL POSTRE SOY YO!!

Después de la cena lo que verdaderamente espero es que antes de pedir el postre el maromo en cuestión me diga:

‘No pierdas el tiempo pidiendo postre cari… que nos vamos a casa que te voy a comer a ti, con o sin nata de guarnición!’

Y ya está! Así de fácil y así de bien dicho!

Después de una buena cena con una buena compañía lo que más nos apetece a los tíos (bueno… no sé si a todos, pero hablo por mi) no es de comerme un flan o un coulant, sino que lo ideal es irme del restaurante directo para casa a rematar la cena comiéndonos el uno al otro.

¿Sí o sí?

Cómo os quedaríais si al final de la cena os dicen lo de: no pidas postre que nos vamos a casa que te voy a comer a ti?

Pues eso, que tardamos cero coma en pagar la cuenta, en coger un taxi e irnos corriendo a la casa más cercana a comérnoslo todo, todo y todo ;)



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3 comentarios:

  1. ... EL POSTRE SOY YO!!! Te veo en el escenario con todos los focos que te iluminan... eres un BABÀ. (postre napilotano). Anónimo veneciano.

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  2. El día que me oiga esta frase por primera vez ( por mi desgracia ) lo único que sería capaz de hacer en ese momento es recoger las bragas del suelo y si acaso decirle... SI! SI a que me coma y Si a lo que él quiera!

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  3. Veamos... si la chati que me acompaña a la cena me dice que el postre que se va a comer es el que llevo yo entre las piernas ya te digo yo que salgo del restaurante a toda mecha, haciendo un "sinpa" si hace falta.
    Pero si nos centramos en una cena de incierto final sexual... lo dicho... mi postre es mío.

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