pongámonos en el caso en que un tío tiene esa amiga con la que realmente quisiera tener algo más que una amistad. Ella, que no es tonta, debe haberse dado cuenta de algo, pero una parte de ella no quiere reconocer ese hecho porque es un chico tan majo y tan adorable que se ha convertido en uno de sus mejores amigos, y puede contarle todo tipo de cosas con total confianza (o eso es lo que ella quiere creer). Este tipo de amistad puede ser llevadero hasta cierto punto. Ese punto en cuestión lo marca la temática que aborda las relaciones de pareja de la chica. Para el tío no es nada agradable escuchar las historias de romances de la amiga, ya que cada palabra de esa historia es como una puñalada en pleno estómago.
Sería conveniente que la chica en cuestión tuviera algo más de tacto y de visión de la realidad, y aceptar que ese amigo que tiene delante la ve a ella como alguien especial, y que no es el típico amigo gay al que le puedes contar estas historias en una noche de pijamas y de pintauñas.
Ahora bien, estos malos ratos que puede pasar el chico en cuestión no son culpa exclusivamente de la chica. Él también tiene gran parte de culpa. Y para explicar esto os pongo un ejemplo personal: yo, en alguna ocasión (muy pocas), me he visto en esta situación, y he comprobado que la mejor manera de solucionarlo es poniéndome delante de la amiga de turno y decirle sinceramente "... eres una amiga cojonuda. Una chica excepcional. Pero yo te veo como algo más y sé que eso nunca llegará a pasar. Así que, por favor, sigamos siendo amigos y háblame de todos los temas que te pasen por la cabeza, pero no me hables nunca más de historias que traten sobre el último tío que te has tirado, o el reciente fichaje que tienes en mente para flirtear... porque es como si me dieras una hostia detrás de otra...".
Por suerte, tengo amigas fantásticas, que son solo eso, amigas, y que me cuentan historias suyas que puedo escuchar sin problemas y ¡me lo paso bomba! ¡Un besazo enorme para ellas! : )
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