¿Os acordáis de aquel post titulado Felaciones Públicas? Pues aquí tenéis la continuación.
Los hechos tuvieron lugar a la semana siguiente de lo ocurrido en el post anteriormente mencionado:
recordemos en primer lugar el episodio donde la chica en cuestión me calentó la p..... (un poco de censura, no quisiera empezar con un lenguaje soez. Eso sí, ya veremos cómo acabo el post, jeje).
El caso es que una semana más tarde decidimos ir a ver una peli al cine. Adelanto que no cogimos localidades situadas en la última fila, al estilo enrollamiento teenager. Como quedaba una hora para el inicio de la película decidimos sentarnos en un bar a tomar algo. Coca-Cola para mí, un té para ella. La segunda frase de esa conversación que salió de su boca fue "... bueno, por fin nos vemos tú y yo fuera de una discoteca!...". En ese momento pensé "... pues empezamos bien...". Fue uno de esos momentos donde a los tíos nos sale el lado femenino que tenemos dentro. Y ese lado femenino decidió abrir El Cajoncito.
El Cajoncito es ese archivador donde uno guarda todos los detallitos que ha vivido con algunas personas. En él se guardan momentos, frases, todo tipo de detallitos, recuerdos. Buenos o malos, todos dentro. Lo ideal es abrir el cajoncito para rememorar buenos momentos, pero en ocasiones hay que abrirlo para poner a cada uno en su sitio (tal y como hacen muchas veces ellas con nosotros, y con razón he de decir). Y en esta ocasión así fue.
Me vi obligado a decirle que esa no era la primera vez que nos veíamos fuera de una discoteca. Y ella negándome tal hecho. Yo que sí. Ella que no. Yo otra vez que sí, con tono conciliador y con cara de "guapa, haz memoria". Ella que no, con tono sobrado y con un exceso de confianza que ella desconocía que era errónea. Así que sin perder más tiempo, en mi mente sonó el chirrido del cajoncito al abrirse, y le recordé que nos vimos con anterioridad alrededor del mes de febrero. Ella puso mi palabra en duda, diciéndome que eso era imposible porque en esa época ella estaba aún saliendo con su novio. Me vino de muerte ese detalle para refrescarle la memoria. Le comenté que justamente quedamos una tarde entre semana, 3 o 4 días antes de que ella rompiera con él. Entonces se le abrieron los ojos como platos y me dijo "... ah! ¡Es verdad!...".
Ya veo el interés que tuvo en aquella cita. Tanto como para olvidarse por completo de su existencia.
Pasó la hora, y entramos a la sala de cine a ver la peli. Como dato añadiré que la tía pesada no dejaba de hablar durante la peli, cosa que me jode sobremanera. Si voy al cine, voy al cine. Para charlar están las cafeterías o los parques. Y si quiere que nos liemos, están las camas, los sofás, los probadores de una tienda, o las lavadoras. ¡Pero no los cines!
Y como colofón del festival... momentazo en el ascensor:
los dos cogimos el mismo ascensor para bajar al parking. Yo a planta -1, y ella a planta -2. Al llegar a mi planta, y estar solos en el ascensor, salgo y bloqueo la puerta para despedirme. Y ella, para rematar la noche me dice que a ver si quedamos más a menudo, que nunca le digo nada para quedar. De nuevo el chirrido del cajoncito.
Con cara de pocos amigos le recuerdo que he intentado quedar con ella en 5 o 6 ocasiones, y aprovecho para recordarle, con detalle, los motivos por los que siempre en el último momento me ha cancelado la cita. Por segunda vez en la noche, sus ojos como platos en señal de "tienes razón".
De nuevo, otro caso en el que no sé qué pensar. ¿Ella padece un caso de alzhéimer precoz, sin haber cumplido los 30 años? ¿Se piensa que yo soy tan imbécil que soy incapaz de recordar nada? ¿No se acuerda de nada entre ella y yo debido a un desinterés total por su parte?
Sea como fuere, solté un "venga, hablamos" antes de cerrarse la puerta del ascensor, y me dirigí a mi coche sabiendo que esa sería la última vez que quedo con semejante imbécil. Como veis, este post no es la continuación de Felaciones Públicas. Más bien era el final.
0 comentarios:
... Siéntete libre de comentar