LA TRILOGÍA, by Patronio

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¡Buenos días a tod@s!
Empezaré diciendo que me alegra ver cómo subió el nivel de comentarios en el post del pasado jueves, a pesar de ir en el único sentido de criticar a ese maravilloso segundo culo. He de decir también que he hecho un sondeo entre mis amigos, y todos, absolutamente todos, coinciden en que el segundo culo es tan fantástico como el primero, y digno de ser enmarcado y exponerlo en un museo. Esto reafirma un poco más mi duda sobre que el anónimo de la semana pasada fuera realmente un tío, tal y como "él" decía, jejeje. Pero bueno, dejemos este debate a parte.

Hoy estamos de trilogía. No sé si recordáis dos antiguos posts titulados "Felaciones Públicas" y "El Cajoncito" (1ª y 2ª parte, respectivamente). Os animo a releerlos para que os pongáis en situación. Y ahora, vamos con la tercera entrega de esta trilogía:
Hace dos semanas fue carnaval. Yo, como buen amante del carnaval, me enfundé en mi disfraz y salí de marcha con todo aquel que se quisiera apuntar al carro. Una vez reunido el grupo nos vamos al lugar acordado a tomar la primera copa. Mi sorpresa fue enorme cuando de repente veo junto a la barra a la susodicha calientapo.... digo, chica, de las dos primeras partes de la trilogía. Y digo que fue una sorpresa porque ella normalmente nunca sale por la zona en la que me encontraba.
Total, caras de sorpresa, mirada atónita, y dos besos en las mejillas para saludarnos. Tras el protocolario "hola, ¿qué tal todo?" y un más que previsible "... es que ya no me haces caso. Nunca me dices nada, ni por facebook, ni por Whatsapp..." por su parte, me saco de la manga una elegante excusa donde doy a entender que no estoy en un buen momento y estoy un poco out de todo. Parece que se la traga enterita. La excusa, digo...
Entonces viene lo bueno. Tras este intercambio de 3 frases, le pregunto por cómo está ella, y me dice que ha dejado de fumar, y que ha empezado a hacer deporte. Se ve que ahora le ha dado por hacer footing. ¡Vaya, menuda agradable sorpresa! Opino que es un cambio a mejorar, sin duda. Incluso por un breve instante me da por pensar que tal vez esa chica a cambiado toda ella a mejor, y que quizá la valoré injustamente mal. Como ya os he dicho, ese pensamiento duró un breve instante, porque tras decirme que había dejado el tabaco y que había empezado a hacer deporte, me suelta su cuarta frase, la perlita final diciéndome "... ahora sólo me falta un tío que me dé bien...". Estas palabras iban acompasadas de un rítmico movimiento de su pelvis, hacia adelante y atrás, repetitivo, mientras inclinaba la cabeza hacia arriba, cerraba los ojos, y ponía morritos. Vamos, una fantástica interpretación de una persona follando con el aire que le rodea.

Habían pasado unos meses desde nuestros últimos encuentros, donde ella no hizo otra cosa que no fuera calentarme la bragueta... para nada. Pasados esos meses, vemos que la tía petarda sigue igual.
Ojo, que no estoy criticando a la gente que le guste el sexo y sea capaz de decirlo abiertamente a alguien con quien a posteriori compartir esa divina y sana afición. Lo que critico es el ir por la vida con esa necesidad de calentar braguetas intentado parecer una actriz porno para que luego no pase absolutamente nada. Para ponernos perracos con tí@s que luego no puedes tocar... ya tenemos las pelis porno.


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