Helada. Así se me quedó la sangre cuando leí el post de la
jefa de esta semana sobre el tema del espionaje. Aunque por otro lado no sé
porqué me asombro tanto, ya que yo mismo he sido testigo de múltiples de sus
operaciones de espionaje (ella puede dar fe).
Sin embargo, como os digo, se me heló la sangre, porque leer
ese post hizo que viera las cosas con más perspectiva, y ciertamente, acojona
bastante el temita. Y acojona porque a uno le hace pensar en si ha sido víctima
alguna vez de semejantes técnicas de espionaje. Y pensando pensando (vamos,
repensando) recordé que me ha pasado en un par de ocasiones. Concretando, me ha
pasado en un par de ocasiones en las que fui consciente de que me estaban
espiando, pero a saber las numerosas otras ocasiones en las que habrá pasado y
ni me habré enterado. Y no quiero que ese "numerosas" parezca por mi
parte un alarde de ligón sobrado, porque la verdad es que espero que hayan sido
pocas las veces que me haya pasado. Sería insufrible vivir pensando en que hay
múltiples espías acosadoras en la sombra. No podría conciliar el sueño. Sería " supercalifragilisticoespialido so"...
que es una palabra que en mi cabeza suena como una mezcla de super-escalofríos
y espionaje con acoso.
Pero en lo que me quiero centrar hoy es en una reflexión que
hago basada en el post de la jefa. Según ella, todas, absolutamente todas
vosotras, en un momento u otro habéis espiado al maromo que os interesa, ya sea
a través de Facebook, Twitter, Instagram, Google+ o un largo etcétera de la
red. Y entonces yo pienso "...pues si una tía que no es absolutamente nada
mío ya está en ese plan de espía psicótica... ¡joder!, ¿qué pasará el día que
tenga a una metida en casa?"
Vamos, que me imagino a mi futura pareja registrando todos y
cada uno de los bolsillos de mi ropa en busca de papelitos, o los hombros de
mis chaquetas en busca de pelos largos, o los cuellos de mi camisa en busca de
carmín... Y ¿quién sabe?, incluso algún día le dará por olisquear mis
calzoncillos como si fuera un sabueso, jejejeje.
Joder, que miedo pensar en tener en casa a alguien así, ¿no?
:P
De todos modos reconozco que esos momentos de espionaje
femenino tienen su qué. ¡Pues no me lo he pasado yo bien ni nada escuchando las
historias de espionaje de la jefa! Jejejeje. ¿Qué digo escuchando? A veces
incluso participando... :P
No es acoso: es precaución. Cuando tienes pareja, confías en ella. Pero cuando le echas el ojo a un maromo potencial, evaluar la competencia es estrategia básica. No entiendo por qué te escandalizas tanto, la verdad...
ResponderEliminarPues me escandalizo porque veo ridículo el hecho de evaluar a la competencia. Creo que deberías estar más segura de ti misma y saber cuales son tus virtudes y tus defectos, y a partir de ahí lanzarte a por lo que quieres, sin que te importe si hay más gente encaprichada del mismo objeto de deseo.
ResponderEliminarResumiendo, si una chica me gusta voy a por ella, por mucho que hayan 20 tíos cachas y guaperas (cosas que yo no soy) detrás de ella.
Ya será ella la que decida con quien se queda.
Y para acabar... ¿cómo crees que se lo montaba la gente antes de que existiera internet? Pues sin saber la competencia que podría haber, echándole huevos al tema y mojándose el culo.
Internet es la mejor arma para atontar al personal. Os animo a desconectar de la red para que os podáis conectar a otro tipo de vida... a una vida real.