¿Sabéis lo que es conocer al posible hombre de tu vida y cagarla en ese mismo instante? NO? Pues yo si! y ahora mismo os lo cuento:
Veo por instagram el perfil de un maromo que me vuelve loco. Si tuviera que describir como debería ser mi hombre ideal, físicamente hablando, solo necesitaría enseñar su foto: Guapo, alto, masculino, atractivo, con barba y con un toque pijo borjamari… Perfecto! El único inconveniente es que vive en Madrid, pero su casi 1’90 hace que me olvide que está a 600 km de mi.
Sigo:
Casi me tuvieron que amputar el dedo de ponerle ‘me gustas’ sin parar en todas sus fotos. ‘Me gustas’ que me fueron correspondidos y que fueron recibidos con alegría, emoción y una gran alteración hormonal.
Hubo algún mensaje cruzado, algún instagram direct con coqueteo... y pronto nos pasamos al whatsapp para seguir hablando más cómodamente. Conversaciones de lo más agradables que hicieron ver que, además de guapo, era un tipo encantador y muy interesante.
Todo era como tan cuqui y fenomenal que hasta daba asquito.
Hasta que un día mi maromo madrileño dice que viene a Barcelona por trabajo e intentamos organizar una cita. Pero mi agenda y la suya eran más incompatibles irse a tomar el sol con Robert Pattinson.
Pero le convencí para que se quedara en Barcelona esa noche ya que era la verbena de Sant Joan (fiestón por todo lo alto) y que en Madrid no se celebra.
Total, que mi larguirucho enredó a 2 amigos suyos para que lo alojaran en su casa esa noche y así poder pasar la noche en Barcelona y, además, conocerme.
Un gran detalle por su parte y un esfuerzo que pensaba recompensárselo cuando lo conociera en persona (ya me entendéis golfos!)
Una vez más hice que él y sus amigos cambiaran de planes y vinieran al lugar donde estaba yo. Otro detalle a tener muy en cuenta por su parte.
Y llegó el momento de conocernos. Lo ví en medio del local, más guapo, más alto y más borjamari que en las fotos instagrameras, pero muy muy muy para mí. No sabía si decirle ‘Hola’ o ‘Sí Quiero!’.
Respiré hondo, me puse bien recto, me peiné el tupé e intenté disimular al máximo mi estado etílico que iba en aumento cada segundo que pasaba.
Fui a saludarlo, 3 minutos de charla de ascensor sin saber muy bien qué decirse… y me fui con mis amigos que reclamaban mi atención por alguna tontería, pero prometiéndole volver.
Veo por instagram el perfil de un maromo que me vuelve loco. Si tuviera que describir como debería ser mi hombre ideal, físicamente hablando, solo necesitaría enseñar su foto: Guapo, alto, masculino, atractivo, con barba y con un toque pijo borjamari… Perfecto! El único inconveniente es que vive en Madrid, pero su casi 1’90 hace que me olvide que está a 600 km de mi.
Sigo:
Casi me tuvieron que amputar el dedo de ponerle ‘me gustas’ sin parar en todas sus fotos. ‘Me gustas’ que me fueron correspondidos y que fueron recibidos con alegría, emoción y una gran alteración hormonal.
Hubo algún mensaje cruzado, algún instagram direct con coqueteo... y pronto nos pasamos al whatsapp para seguir hablando más cómodamente. Conversaciones de lo más agradables que hicieron ver que, además de guapo, era un tipo encantador y muy interesante.
Todo era como tan cuqui y fenomenal que hasta daba asquito.
Hasta que un día mi maromo madrileño dice que viene a Barcelona por trabajo e intentamos organizar una cita. Pero mi agenda y la suya eran más incompatibles irse a tomar el sol con Robert Pattinson.
Pero le convencí para que se quedara en Barcelona esa noche ya que era la verbena de Sant Joan (fiestón por todo lo alto) y que en Madrid no se celebra.
Total, que mi larguirucho enredó a 2 amigos suyos para que lo alojaran en su casa esa noche y así poder pasar la noche en Barcelona y, además, conocerme.
Un gran detalle por su parte y un esfuerzo que pensaba recompensárselo cuando lo conociera en persona (ya me entendéis golfos!)
Una vez más hice que él y sus amigos cambiaran de planes y vinieran al lugar donde estaba yo. Otro detalle a tener muy en cuenta por su parte.
Y llegó el momento de conocernos. Lo ví en medio del local, más guapo, más alto y más borjamari que en las fotos instagrameras, pero muy muy muy para mí. No sabía si decirle ‘Hola’ o ‘Sí Quiero!’.
Respiré hondo, me puse bien recto, me peiné el tupé e intenté disimular al máximo mi estado etílico que iba en aumento cada segundo que pasaba.
Fui a saludarlo, 3 minutos de charla de ascensor sin saber muy bien qué decirse… y me fui con mis amigos que reclamaban mi atención por alguna tontería, pero prometiéndole volver.
¿Y qué pasó?
Que me olvidé de volver. Sí, sí, os lo juro! Llamadlo pedo, borrachera o capullez extrema, pero me olvidé de volver para seguir hablando con él e intentar un acercamiento más intenso.
SE ME OLVIDOOOOOOO!!!!!!
¿Cómo se puede olvidar un tío de 1’90 que ha venido de Madrid a conocerte al bar donde les has dicho, que además te gusta mogollón? Cómo?? Cómo?????
Drama, muerte y destrucción.
¿Puedo ser más capullo? Y el polígrafo de conchita determina que: NOOOOO!!!!
Como os podéis imaginar al día siguiente tuve una buena reprimenda por su parte. Entre otras cosas me tuve que escuchar: ‘ya sabía que los catalanes erais estirados pero tanto como tu ninguno!!’.
Que me olvidé de volver. Sí, sí, os lo juro! Llamadlo pedo, borrachera o capullez extrema, pero me olvidé de volver para seguir hablando con él e intentar un acercamiento más intenso.
SE ME OLVIDOOOOOOO!!!!!!
¿Cómo se puede olvidar un tío de 1’90 que ha venido de Madrid a conocerte al bar donde les has dicho, que además te gusta mogollón? Cómo?? Cómo?????
Drama, muerte y destrucción.
¿Puedo ser más capullo? Y el polígrafo de conchita determina que: NOOOOO!!!!
Como os podéis imaginar al día siguiente tuve una buena reprimenda por su parte. Entre otras cosas me tuve que escuchar: ‘ya sabía que los catalanes erais estirados pero tanto como tu ninguno!!’.
Y lo peor es que entendía perfectamente su cabreo y no podía rebotarme ni contestarle.
Pero tengo la suerte que mi maromo madrileño es un cacho pan y pese haberme odiado un par de días… hemos retomado la ‘relación’ y me ha invitado a pasar un finde a Madrid, y presiento que si finalmente puedo organizármelo, será un encuentro y choque cultural que promete muy mucho y que tengo que confesar que estoy deseando.
Pero tengo la suerte que mi maromo madrileño es un cacho pan y pese haberme odiado un par de días… hemos retomado la ‘relación’ y me ha invitado a pasar un finde a Madrid, y presiento que si finalmente puedo organizármelo, será un encuentro y choque cultural que promete muy mucho y que tengo que confesar que estoy deseando.
No hace falta que la conchita del poli grado te diga lo lerdo que eres! Mira que olvidarte asi de una cita que viene a verte desde los madriles! Pa matarte! Quiero ver foto del madrileño
ResponderEliminarPero esto es verdad o te lo inventas? No me lo puedo creer!
ResponderEliminarJajajajaja. Estás fatal pero fatal de todo!!!!
ResponderEliminarPaco!!! Esto es muuuu fuerte y si no supiese a ciencia cierta que pasó tal y como esta contado, no lo creería!
ResponderEliminarEste post dice mucho de ti y muy poco de él..... De ti dice que pareja no quieres mientras tengas amigos con quien entretenerte....jajaja y del pobre madrileño, que es un calzonazos que no tiene ningún futuro contigo ya que a ti te gusta que te maltraten y perreen.
Antonia, tu vecina del ático.