Hoy ha sido mi primer día y mi primer pedido con la app Glovo y os tengo que decir que, sinceramente, me fila muchísimo.
Los que me seguís y/o me conocéis sabeis bien que la cocina no es muy fuerte y, aunque he dado mis primeros pasos como cocinera en este nuevo año, sigo sin poder presentarme a Masterchef.
Así pues, siempre estoy al día de las app de delivery o lo que es lo mismo, comida y lo que sea a domicilio. Además, al vivir fuera de Barcelona no hay muchas que lleguen a mi casa y Glovo ya llega y eso, amigos, es pura felicidad.
¿Por qué?
* Porque los restaurantes que aparecen son 'TOP' y de los que nos gustan
* Porque si tienes una cita en casa, ya podéis servir lo que queráis y no sólo kebabs y pizzas.
* Porque además de traerte comida, la app puede satisfacer todos tus deseos. Que te apetece un Kinder bueno y no te apetece bajar al súper: Glovo. Que quieres un paquete de tabaco: Glovo. Que te has olvidado de comprarle flores a tu madre: Glovo.
* Porque te permite mandar cosas. Que tu último ligue se ha dejado la chaqueta en tu casa y no quieres volver a verle, pues te haces un Glovo y ya!
* Porque te permite mandar cosas. Que tu último ligue se ha dejado la chaqueta en tu casa y no quieres volver a verle, pues te haces un Glovo y ya!
* Otra de las ventajas de la app es que ves al bomboncito del mensajero que te lo va a traer ;). Quién sabe, quizá el amor sí llama a tu puerta y te trae lo que quieres. Yo que queréis que os diga, yo le veo un filón a esto.
Así que sin mucho más que añadir y esperando que Glovo me de un descuentillo por ser embajadora de su concepto, me despido y me declaro: #GlovoLover.
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