Gracias Christian por este gran post sobre situaciones en las que requerimos de la presencia de un hombre, mejor en caso de novio.
Como mujeres tenemos algunas situaciones más a añadir a las citadas por nuestro gay favorito. ¿No las has leído? Pues encontrarlas aquí.
Pues bien, a parte de lo que a bricolaje, estufa y demás se refiere. Necesitamos la presencia de un hombre en otras muuuuuchas ocasiones como por ejemplo:
Subirte la cremallera de la espalda del vestido. No me digáis que no. Quién no se ha convertido en contorsionista con esta práctica. Como singles independientes que somos nos hemos encontrado más de una vez practicando posturas imposibles, cogiendo perchas para pillar la cremallera y otras invenciones a lo McGiver para poder subirnos la cremallera trasera de los vestidos. Quién mandaría ponerlas allí cuando las pueden poner en el sobaco!
Otra de las situaciones en las que necesitamos de ellos es... abrocharnos las puñeteras pulseras y collares!!! Por favor, quién no se ha visto haciendo juegos de mano para poder ponerse las joyas. Un ritual que con un hombre dura medio segundo y nosotras solas queremos morirnos cuando lo hacemos. Ahí con la mano medio tonta intentando pillar el cierre y que encaje de una vez por todas.
Y qué me decís de los domingos tarde. De todos es sabido que el mejor momento para tener un churri es un domingo por la tarde. Nothing to do, la gente con planes: tus opciones se reducen a: sofá, peli y manta. Y, aunque solas podemos hacerlo, siempre es mejor en compañía masculina, o no?
Otro de los momentos en los que requerimos de un hombre es para tener alguien que se termine la pizza que nosotras nos hemos dejado!!!!
Y qué me decís de el momento chófer? Siempre es de agradecer el tener a un chico que te lleve hasta casa sin que tú tengas que conducir. Obviamente conducir nos gusta y podemos hacerlo solas pero en esos días en los que el cansancio puede con nosotras o en los que hemos bebido más de la cuenta estaría bien tener un churri dispuesto a llevarnos a casa sin que tengamos que conducir.
Y, finalmente, aunque nos cueste reconocerlo, queremos a un novio para que nos lleve la contraría. Para crear situaciones tensas que luego tengamos que resolver en un lugar llamado cama.
Y, hablando de cama, me voy a la mía que seguro que está fría porque no he incorporado el hombre estufa del que hablaba Christian.
Buenos días!!!
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